Los artífices del Barrio de Salamanca
Tres son los nombres que definieron lo que hoy es el Barrio de Salamanca: el marqués que dio nombre al barrio, el ingeniero Carlos Mª de Castro y el arquitecto Cristóbal Lecumberri.
Parte 1: Tres nombres para recordar.
1. El rico ilustrado que dio nombre al barrio

El Marqués de Salamanca fue un aristócrata con una vida de película que cambió para siempre la fisonomía de Madrid y en concreto, del Barrio de Salamanca al que dio su apellido. Nacido a principios del siglo XIX, José de Salamanca y Muyol se instaló en un palacete de la calle Alcalá. Este intelectual que había hecho ya varias incursiones en negocios bursátiles y ferroviarios -fue el artífice de la línea Madrid-Aranjuez- estaba preocupado por el deplorable estado de abandono y falta de higiene de las calles de Madrid. Por ello, en 1864 compró dos kilómetros cuadrados por encima del Paseo de Recoletos y se propuso crear un nuevo Madrid aprovechando el plan del ensanche de Carlos Mª de Castro.
El nuevo barrio de Salamanca se convirtió en la joya del urbanismo europeo, a imagen y semejanza del faubourg Saint Germain de París promovido éste por el barón Haussmann.
En 1865, el Marqués de Salamanca contrató al arquitecto Lecumberri para construir 22 hotelitos unifamiliares destinados a la aristocracia, junto con edificios multifamiliares para la burguesía. Estos 22 hotelitos estaban agrupados en dos zonas; unos junto a la plaza de toros (la de la puerta de Alcalá, derruida a finales del XIX) y otros en la calle Martínez de la Rosa.
El marqués de Salamanca murió solo y arruinado después de dilapidar su fortuna en la construcción del nuevo barrio.
2. El ingeniero contratado por Isabel II

A mediados del siglo XIX ante el crecimiento exponencial de la población, la reina Isabel II a través de su ministro Claudio Moyano, encargó un proyecto de ampliación de Madrid. El proyecto fue acometido por el joven ingeniero Carlos María de Castro. Suponía demoler la cerca de la ciudad -un muro perimetral construido en la época de Felipe IV y que impedía su crecimiento urbanístico- y crear un gran ensanche con estructura de malla ortogonal. El Plan Castro o Ensanche de Castro, como se dio en llamar, se inspiraba en el modelo urbanístico que Ildefonso Cerdá ideó para la ciudad de Barcelona.
Para el Barrio de Salamanca, el plan establecía calles anchas de 20 metros, edificaciones de tres alturas, manzanas con amplios patios interiores llenos de vegetación y paso de carruajes, zonas de paseo,.. El plan contaba con la iniciativa público y privada para llevarse acabo. Dentro de esta iniciativa privada, en 1863 José de Salamanca pidió una licencia para construir 14 manzanas siguiendo el Plan Castro, entre las calles Lagasca, Serrano, Alcalá y Goya. Las primeras dos manzanas respondieron con exactitud a las especificaciones de Castro (manzanas 208 y 209 del plan). Con el tiempo, la idea del plan inicial fue degenerando con calles más estrechas, desapareciendo los patios de manzana ajardinados y aumentando la altura de los edificios.
3. El arquitecto de los 22 hotelitos

Cristóbal Lecumberri jue el ejecutor de las grandes ideas del Marqués. Siguiendo el Plan Castro y las indicaciones de Salamanca, construyó hoteles en la calle Martínez de la Rosa, junto al paseo de la Fuente Castellana, y en la calle Villanueva. También fue el encargado de levantar los edificios multifamiliares donde vivía la burguesía, respetando el concepto de manzana ajardinada que vemos en las manzanas 208 y 209.
Los tres hotelitos de la calle Villanueva (en los números 16, 18 y 20) entre las calles Serrano y Claudio Coello fueron obra de Lecuberri. Te contamos su fascinante pasado en la segunda parte de este post.
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